La importante colección que se encuentra bajo la tutela de la Fundación Carlos Ballesta es el resultado de la pasión de su creador a lo largo de toda su vida.
La colección es, por tanto, la suma de todas aquellas piezas que por uno u otro motivo se han podido ir adquiriendo a lo largo de este periplo, lo que le confiere una gran variedad y singularidad.
En Granada están depositadas todas aquellas obras que pueden explicar tácita o simbólicamente el mundo cultural, social, político y religioso de los moriscos y los mudéjares en España. Muy especialmente desde la incorporación del reino de Granada al de Castilla en 1492 hasta la expulsión definitiva de los reinos de España, promulgada por el duque de Lerma y Felipe III, entre 1609 y 1614.
Otro de los intereses ha sido conseguir recuperar y devolver a Granada ciertas piezas que en su momento salieron y que, gracias a la búsqueda de Carlos Ballesta, se han incorporado a la colección. Colección que sigue abierta y que cada tanto se enriquece con nuevas piezas adquiridas con el fin de completar y complementar el Museo de Aben Humeya.
Pintura y escultura
La colección de la Fundación atesora en sus fondos importantes obras de la Baja Edad Media y comienzos de la Edad Moderna. Son obras de carácter religioso, pero también hay un capítulo importante en la categoría del retrato como es el caso de los del cardenal Cisneros, el duque de Lerma o el emperador Carlos V.
Entre las obras más antiguas destaca la tabla del Nacimiento del anticristo, de comienzos del s. XV. Es una iconografía poco corriente y muy interesante por su vinculación con textos teóricos del momento, muy especialmente de Raimundo Llulio. También están representadas las escuelas catalana y aragonesa con las calles de retablo de Rafael Vergós o el magnífico retablo de San Andrés – de medio punto–, o el Calvario del Maestro de Torralba, pieza fundamental de la colección.
Entre las obras más modernas destaca poderosamente un pequeño tríptico de exquisita factura, con el Calvario, San Jerónimo y San Agustín de escuela castellana del s. XVI.
En escultura, la Fundación conserva una importante representación de la escuela andaluza del s. XVII-XVIII, así como algunas piezas de gran importancia como los Santos Juanes de finales del S. XVI o fragmentos de un retablo con la vida de Cristo de gran calidad. Escultórica también es una primorosa semiesfera de marfil, talla colonial de gran importancia.
Mobiliario
La colección de mobiliario de la Fundación es muy amplia y pasa por diferentes épocas y estilos, pero si hay algo muy bien representado es el mobiliario doméstico de tradición hispanomusulmana con la técnica de la taracea. Junto a estas piezas mudéjares, la Fundación posee otras obras de marquetería de gran importancia como una arqueta de marfil y maderas nobles, del taller de los Embriachi o una lujosa arca de caudales, ambas venecianas.
Los antecedentes de la taracea se remontan a la época del Califato omeya. Córdoba albergó desde el siglo X notables talleres de ebanistería. El desarrollo de esta manufactura se ha mantenido vigente hasta nuestros días, llegando a un punto de esplendor durante el sultanato nazarí, momento en que la taracea multicolor alcanzó una enorme difusión. Desde mediados del siglo XIII o principios del siglo XIV, esta técnica arraigó con fuerza en ámbitos palatinos y cortesanos como tratamiento para enriquecer la superficie de los objetos relacionados con el ajuar doméstico de lujo, llegando a hacerse muy popular en Granada.
La taracea fue uno de los recursos ornamentales de mayor éxito y difusión en el ámbito hispano durante el siglo XV y la primera mitad del siglo XVI, coincidiendo con la fase de transición que comprende los últimos momentos de la Baja Edad Media y los albores de la Edad Moderna. A caballo entre la ebanistería y la eboraria, esta técnica se fundamenta en la incrustación, sobre una base lígnea, de pequeñas porciones de marfil, hueso o nácar –en su tonalidad natural o teñidas–, combinadas con fragmentos de maderas finas de diversos colores, tales como, ébano, acacia negra africana, sándalo, boj, limonero… constituyendo intrincados diseños de lacería de virtual crecimiento infinito.
La colección de la Fundación permite observar los estilos, modas e influencias que van desde auténticas joyas de taracea granadina y aragonesa de los S. XVI y XVII, a la imponente pieza veneciana, pasando por la taracea renacentista y la aparición del naturalismo frente a la geometría de la técnica catalana del pinyonet. Una auténtica oportunidad para seguir la historia de esta manufactura.
Cerámica
El capítulo cerámico de la colección es muy interesante porque alberga piezas desde el III milenio antes de Cristo hasta el s. XVII-XVIII. De este apartado extraeremos las piezas arqueológicas, para concentrarnos en aquellas posteriores a la Edad Media y precolombinas. Entre ellas destaca una importante colección de azulejos, expuestos en los exteriores del carmen de Aben Humeya, que abarcan desde azulejos de cuerda seca a cerámica sevillana y catalana de gran calidad, así como piezas musulmanas, de Manises y unas singulares ánforas de estiba náutica.
La Fundación conserva también una importante colección de cerámica doméstica y popular, que se irá exponiendo paulatinamente.
Joyas y orfebrería
Es una de las colecciones más extensas de la Fundación. Abarca desde unos magníficos bordones de plata sobredorada del s. XV-XVI hasta platería colonial, pasando por ornamentos litúrgicos como custodia, cáliz, crismeras y cruces procesionales; así como relicarios cristianos, amuletos musulmanes y judíos. Destaca, también, un importantísimo ajuar de novia y ceremonia yemenita del s. XVIII.XIX.
Tejidos
Es una importantísima colección, poco común por la propia dificultad de conservación de este material, lo que hace más interesante aún el agrupamiento de piezas. Van desde tejidos precolombinos a valiosas muestras mudéjares y renacentistas, pasando por piezas musulmanas.
Entre las piezas expuestas destaca una magnífica dalmática del s. XVI, vinculada a los talleres moriscos granadinos y emparentada con la famosa marlota de Boabdil que conserva el Museo del Ejército. Bordados en oro de capas pluviales y temática religiosa. Un recorte de San Antonio Abad en magnífico bordado casi pictórico. Un singular fragmento morisco emparentado con otra pieza similar del Museo Lázaro Galdiano de Madrid o un lujoso vestido de novia yemenita del s. XVIII-XIX.
Los tejidos precolombinos están relacionados con la cultura Paracas-Nazca y son fragmentos que ostentan una rica decoración simbólica y ceremonial.
Arqueología
La arqueología está representada por la presencia de la muralla y torreón zirí que se encuentran en el propio carmen de Aben Humeya. Además, se han comenzado a musealizar los exteriores con piezas arquitectónicas como capiteles o celosías marmóreas y otros elementos pétreos como una Virgen con el Niño.
Otras piezas procedentes del carmen son algunos fragmentos cerámicos, atanores y restos de macabrillas o bordillos de sepultura musulmanes.
Entre las de la colección, sobresalen una serie de vasos áticos e ibéricos, urnas funerarias, así como algunos materiales metálicos como exvotos o un magnífico instrumental quirúrgico romano.
Documentos
El archivo documental custodiado en la Fundación es de gran importancia. Se conservan, desde documentos relativos a la Guerra de Granada de los Reyes Católicos, a disposiciones de Felipe II, pasando por reales ordenes del Fernando el Católico para asuntos concretos o una carta emitida en el Real de Santa Fe, firmada por la reina Isabel la Católica.
Además, hay dos importantes bloques documentales que sobresalen por su interés histórico, genealógico y cultura material: un amplio corpus de contratos de compra venta y expropiación de bienes de moriscos del reino de Granada y una importante colección de ejecutorias de hidalguía emitidas por las chancillerías de Valladolid y de Granada que abarcan todos los reyes de España, desde los Reyes Católicos a Carlos III.
Joyas bibliográficas
La pasión del Dr. Carlos Ballesta por la bibliofilia ha permitido que la Fundación conserve una importante serie de primeras ediciones e incunables, al tiempo que también figuran entre sus fondos importantes textos musulmanes, que complementan el discurso expositivo del Carmen de Aben Humeya.
Entre los ejemplares, destacan aquellos que son manuscritos y ricamente iluminados, como es el caso de un maravilloso breviario o libro de horas, o un magnífico cantoral de mediados del siglo XVI. Otros ejemplares de gran interés son el Hortus Sanitatis, el Resurgimiento de las ciencias religiosas de Al-Gazhali, la primera edición del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, de la Real Academia de la Lengua, el conocido como “Quijote de Ibarra”, o el curiosísimo libro del morisco granadino Miguel de Luna, Crónica de la verdadera historia del Rey don Rodrigo, obra que afecta directamente a la problemática morisca en el reino de Granada y su relación con los Libros Plúmbeos del Sacromonte.
Otra importante serie, son las ediciones de las guerras de Granada de Pérez de Hita, Luis de Mármol y Hurtado de Mendoza. Entre las últimas adquisiciones resalta la versión manuscrita de las Actas Synodales del Arzobispo Pedro Guerrero de 1573, de gran importancia histórica.
Grabados y cartografía
La colección de grabados y cartografía de la Fundación está muy centrada en la imagen del Reino de Granada a lo largo del tiempo. Así, figuran siete de las estampas que dibujó Joris Hoefnagel de varias ciudades del reino, entre 1563 y 1565, directamente del natural, pero muy especialmente las cuatro dedicadas a la ciudad de Granada, siendo una de ellas un error de edición y por tanto un ejemplar singular.
Otros grabados importantes son los árboles genealógicos de los reinos de Castilla y Aragón, las xilografías de Vecellio sobre la moda de España del s. XVI o la importante serie de mapas que abarca desde el de la Península Ibérica de Ptolomeo a los relativos al Mediterráneo en los siglos XVI y XVII, y uno muy interesante sobre el reino del Perú.
Mención aparte serían todos aquellos grabados insertados en la sección bibliográfica, en los que, desde la emblemática al retrato, se desarrolla todo un modo de divulgar la imagen.
Numismática
La colección numismática de la Fundación está presidida por un monetario compuesto por cuarenta monedas que corresponden a las monarquías de los Reyes Católicos, Carlos I de España y V de Alemania, Felipe II y Felipe III. Este monetario está confeccionado expresamente para remarcar el periodo histórico en el que se mueve la historia que cuenta la Casa Museo de Aben Humeya sobre los moriscos. Ya que es en este periodo en el que se producen la mayor parte de los hechos históricos y los altibajos sociales, económicos y religiosos en los que los moriscos se vieron inmersos como actores de mayor o menor responsabilidad.
La colección recopilada muestra además, a través de las cecas y otras particularidades, una historia económica, geográfica y etnográfica de gran interés. Destaca entre todas ellas el Doble Excelente de Oro de los Reyes Católicos, acuñado en Granada, que supone el comienzo de una política económica tendente a conseguir un numerario estable y competitivo en el comercio europeo.
Reyes Católicos
Carlos V
Felipe II
Felipe III
Otros
Artes industriales
El singular capítulo de las Artes Industriales que a veces se introduce dentro el campo de las artes por su riqueza decorativa y su perfecta manufactura, también tiene su particular espacio en las colecciones de la Fundación, especialmente en la metalurgia; representada por ponderales, llaves –alguna elegantemente decorada y sobredorada–, clavos de puertas, una preciosa cajita nazarí, algún vidrio y diversas escribanías.
Fotografía
La sección de fotografía antigua está compuesta por sesenta y cuatro vistas de interiores, exteriores y algún retrato, realizadas en Granada por Joaquím Castells entre la primera y segunda década del siglo XX. Todas positivadas en formato de postal de la Unión Postal Universal.
Joaquim Castells i Simon (1874-1941) nació en Arenys de Mar en el seno de una familia industrial del ramo textil, concretamente de los encajes, la famosa Casa Castells que él mismo dirigió hasta su muerte. Paralelamente a su actividad industrial y comercial, Castells descubrió una gran pasión en la fotografía, por una parte como herramienta para inmortalizar a su familia –como demuestra el archivo de Fidel Fita donde se guarda un importante fondo fotográfico de nuestro autor–, pero también reflejó con su cámara la España de la época durante los viajes que realizó con su familia.
Entre estos viajes se sitúa el que realizó a Granada, siendo muy interesante su visión de la ciudad, pues aparte de las habituales vistas de la Alhambra o paisajes con el Albaicín como protagonista, Castells fijaba su mirada en rincones y personajes poco habituales en los repertorios tradicionales.
Castells, además fue un amante del arte, participando activamente en la cultura barcelonesa de la época, en especial su relación con algunos artistas relacionados con la Escuela de Artes y Oficios y Bellas Artes de Barcelona.
Para conocer más detalles sobre Joaquim Castells:
Llodrá i Nogueras, J. M. “Joaquim Castells i Simon (1874-1941) Uns apunts biogràfics”. Catálogo Viatge fotogràfic per terres d’Espanya. Fotografies de Joaquim Castells 1917-1929. 2008
Alhambra
Ciudad
Retratos
Varios
Se recogen aquí piezas singulares que no tienen una cabida clara en las secciones anteriores, como algunos marfiles, crótalos o dos pares de magníficos chapines. Es una sección complementaria de los grandes marcos descritos más arriba, pero que complementan estupendamente el discurso museístico del Carmen de Aben Humeya, pues son piezas necesarias y básicas en la cultura material de los siglos que enmarcan la historia que se narra en la Casa Museo.